dimarts, 4 de novembre del 2008

CHAFARDERIAS

En los cursos de Caixaforum con Jaume Radigales i Marcel Gorgori que hablan respectivamente de Puccini y La voz en la ópera, nos han contado algunas anécdotas que en algún caso pueden considerarse chafarderías. Pero la verdad es que en medio de las explicaciones son de agradecer “e si non e vero e ben trovato”.
De Puccini se conoce con pelos y señales su vida amorosa con distintas mujeres, desde la legítima esposa a varias que estuvieron a punto de serlo y las amantes, ocasionales o no, que le acompañaron. La historia más truculenta sucedió cuando su esposa aseguró que su marido se acostaba con una joven menor de edad que trabajaba en su casa. La muchacha no pudo soportar la presión social y se suicidó envenenándose. Se descubrió entonces, a través de la autopsia, que había muerto virgen. El retruécano llega cuando se sabe que con quien se había acostado Puccini había sido con una hermana de la suicida. Esto es como “El caso”.
Jaume Radigales atribuía a la mala conciencia de Puccini el tratamiento que había dado a alguno de sus personajes femeninos, todos ellos muy matizados pero con una gran personalidad. En este sentido se aparta del modelo Liu , de Turandot, que aún siendo fuerte tiene una gran sensibilidad y una capacidad de renuncia que la lleva a la autoinmolación.
Marcel Gorgori explicó que entre los tenores la cuerda dramática estaba prácticamente extinguida y que cantar las obras de Wagner era un reto para cualquier teatro pues el riesgo de fracaso era enorme. Incluso en Bayreuth, Wofgang Wagner salió en el primer entreacto de Sigfrido, pues se habían escuchado los primeros abucheos dirigidos al tenor. “Si ustedes conocen a alguien que pueda hacerlo mejor preséntenmelo y el próximo año cantará aquí. Pero si no, por favor, dejen trabajar a los que los están haciendo. Gorgori añadía que Roger Alier atribuía la ausencia de tenores wagnerianos a que no se comían garbanzos (¿) en abundancia. ¡Este Alier, siempre tan perspicaz y brillante!